martes, 23 de agosto de 2011

BIOGRAFÍA DEL TENOR NAVARRO ÍÑIGO IRIGOYEN (Capítulo 2º)

Cantando a dùo con Sandra Domínguez
Hace unos días ofrecimos una panorámica de la vida artística de este joven tenor navarro y en los tres siguientes capítulos vamos a abundar en el tema. Hemos entrevistado a Íñigo Irigoyen Errea en Las Palmas de Gran Canaria donde reside habitualmente, alternando su trabajo en el mundo del marketing con la canción. En ese paraje grancanario cuenta con un amplio campo de posibilidades por tratarse de una zona turística siempre en temporada "alta".

CON LOS PIES EN EL SUELO



Íñigo Irigoyen siente pasión por la música
-¿De qué te viene tu afición por el complicado mundo del canto? 
- Mi afición por la música me viene porque desde pequeño he escuchado muchísima música en mi casa con mi madre y mi padre, a quien bien conoces, y que ha poseído y posee un hermoso y potente instrumento vocal. Así que al son de los discos de Luis Mariano, desde pequeñito he estado familiarizado con los sonidos líricos y las grandes voces de la canción ligera que le gustaba a mi padre, como Nino Bravo, Francisco, el joven Kraus o Plácido Domingo, quien siempre ha guardado un parecido físico con mi padre y eso le ha convertido en un predilecto en la casa.  
-¿Te viene a la memoria alguna canción en concreto, algún título de aquellos principios?
- Recuerdo haberme puesto a cantar con mi padre en el coche "La Golondrina", la preciosa canción que tan bien interpretaba Luis Mariano. Creo que fue mi primera canción.
- En la época estudiantil todos los jóvenes se sienten tentados por algún instrumento, por formar parte de algún grupo. ¿Te sucedió lo mismo?
 - Con la adolescencia me interesé muchísimo por la música, me dediqué a la guitarra y a tocar en grupos y siempre tuve gran interés por las buenas voces del rock y del heavy Metal, Bruce Dickinson, Michael Kiske y el mejor de los mejores, Freddie Mercury, que me fascinó.

Brindando por los éxitos con sus amigos Fran, Manu, Sergio, Chicho...
- Me consta que eres un fiel admirador del desaparecido Pavarotti... 
- En medio de esta fiebre del rock, con motivo del Mundial de fútbol del año 90, Los 3 Tenores se unieron para hacer un recital. Algo excepcional en aquella época, donde 3 figuras de un mundo tan elitista y selecto como era la ópera, iban a hacer una demostración pública de sus cualidades vocales. Nunca he escondido que aquel concierto clamoroso fue el que despertó en mí el interés por aquellas voces, en especial la de ese gordo con barbas de nombre ridículo, Pavarotti, que me dejaba con la boca abierta con esa voz tan maravillosa. 

Íñigo toca varios instrumentos
- ¿Cuándo diste el paso al frente de apuntarte a una Academia para seguir los cursos de canto? 
- Poco a poco fui haciéndome con grabaciones de conciertos en la tele y mi admiración por Pavarotti fue creciendo y fui familiarizándome con el repertorio operístico de tenor, comparando unas voces con otras, y finalmente accediendo a grabaciones de óperas que con mucho gusto devoraba en mi casa. Acudí a varias operas en el Gayarre, Lucía de Lamermoor, Las Bodas de Figaro, alguna zarzuela, y el gusanillo de cantar se me fue apoderando hasta que decidí por mi propio pie, apuntarme a una academia para aprender a cantar. 
- ¿Con miras a lanzarte un día al campo profesional? 
- Lo mío siempre ha sido vocacional y me lo he tomado como una afición. 
- ¿Cuál es tu profesión habitual?
- Mi carrera profesional se ha centrado en el marketing y creo acertar si digo que mi mayor ventaja con respecto a otros cantantes es que el canto para mí es una vía de escape de momentos difíciles en lo profesional, un placer absoluto, no es un trabajo, es mi afición, y eso me hace aprender más intensamente y con más ganas.

                                                                                                  (CONTINUARÁ)

No hay comentarios:

Publicar un comentario