"Sacalfi" ameniza la sobremesa y Estrella empieza a lagrimear |
EL GAYARRE IMPONE Y MOTIVA
La Presidenta junto con los dos joteros de postín |
Tengo que
decir que por la mañana pregunté por el teatro y, aunque ya lo había visto por
internet, me comía la curiosidad por verlo al natural. Me dijeron que estaba
cerrado, pero aun así, me acerqué junto con mi hijo pequeño Alberto a verlo. Se nos presentó
majestuoso. Su fachada hecha con una excelente piedra sillar nos impresionó. Las majestuosas columnas que parece que sujetan el segundo piso eran el
anuncio de todo lo bueno que estaba por suceder dentro de él.
Al fin
llegó el momento y sobre las 10:30 llegamos al teatro con el refunfuño de
nuestro director por no ser más puntuales para el ensayo previsto.
Entraron
los músicos con la prisa que te da la mezcla de nervios e ilusión.Subieron estrepitosamente las escaleras que conducían a los camerinos se repartieron en los dos que nos habían asignado. Después de sacar sus instrumentos y afinar bajaron al escenario para hacer la prueba de sonido, realizar un pequeño ensayo y marcar el espacio con las bailarinas.
Mientras todo esto sucedía me tomé la libertad de recorrer el teatro. Subí por esas escaleras desgastadas por la vida y me puse a imaginar que por ellas habían subido y bajado muchos artistas.
El patrio
de butacas y sus palcos son espectaculares, muy acogedores y elegantes.
Llegó la hora de abrir las puertas y como una avalancha empezaron a entrar gran
número de personas, lo que me hizo pensar la cultura musical que hay en
Pamplona.
"La Sampedrada", uno de los momentos felices del viaje |
Y comenzó el grandioso espectáculo. Actuaron
diversos grupos, todos ellos acompañados por instrumentos de cuerda, recordando
parte de lo allí sucedido y para no alargarme mucho diré que interpretaron una
obra con el arpa que parecía que la estaban tocando los mismos ángeles, un grupo
rociero que quitaba el sentido, rondallas y un grupo de chicos tocando y
cantando boleros con unas voces estupendas que me hicieron recordar
cuando estaba estudiando y vino la tuna a mi residencia para darme una
serenata. Creo que algunas de nosotras nos los hubiéramos traído a casa. Ángel
Inda, incansable, tocó y reforzó casi a todos los grupos. Pero lo que nos fascinó
fue el broche de oro que Ángel había preparado: las dos orquestas juntas con
Ángel Inda tocando "El lago de los cisnes", acompañados por esas dos guapísimas
bailarinas, que como decía mi hijo parecían cisnes salidos del agua.
Ángel: has
dejado el listón muy alto con este magnifico espectáculo, digno de los mejores
mánagers.
No faltaron las jotas bravas en la sobremesa de la cena |
Después nos
fuimos a comer todas las agrupaciones juntas. Una comida de hermandad. Cuando
llegó la hora de despedirnos y se pusieron a cantar ya no pude reprimir la
emoción que desde el día anterior llevaba reteniendo y me eché a llorar. Nunca
olvidaremos ese fin de semana y os damos las gracias a todos.
Creo que
nunca podré agradecer a Don Ángel Inda Alonso, cuando aquel día hace dos años, sin conocernos de nada, me puse en contacto con él y le pedí que viniese
a Chiva a presentar el Festival Nacional que hacemos en esta localidad. Él
accedió. Supe en ese momento que había dado con buena gente y al conocerle en
persona cuando fui a recogerlo a la estación del tren en Valencia comprendí que
no me había equivocado y que desde ese momento todo saldría bien. Cuando le
pedí el día que le llevaba de regreso a la estación del AVE y le dije que
llevase mi Orquesta a Pamplona, encima con condiciones de fecha, hizo todo
lo posible para que eso fuese así.
NUNCA
OLVIDARE ESTE MARAVILLOSO VIAJE Y A ESTA NOBLE GENTE. SÉ QUE SIEMPRE TENDRÉ
AMIGOS EN PAMPLONA. ESPERO VEROS A TODOS MUY PRONTO. NO OS QUEPA DUDA QUE ASÍ
SERÁ.
SALUDOS Y
BESOS A TODOS,
ESTRELLA RAYO
UN DIRECTOR QUE DEJÓ HUELLA
La admiración es mutua y la amistad sincera con el gran Director |
La verdad es que fueron unas sensaciones maravillosas. Cuando dirijo soy una persona muy tranquila, no me invaden los nervios. Depende de la importancia siempre tienes ese gusanillo.
Me acuerdo que en los minutos previos mi concentración era máxima repasando el concierto. Por cierto, Ángel, para relajarme me contaste un chiste y me sigo riendo ahora. Fíjate: mi cabeza estaba ya dirigiendo. Cuando salí al escenario estaba como siempre dispuesto hacer bien mi trabajo, pero me ocurrió una cosa. Los primeros compases en el Gayarre fueron impresionantes. Ese silencio que reinaba en la sala sobre cerca de 900 personas, cayó como una losa sobre mis brazos. Sí, creo que era eso y además la importancia y el poso que tiene ese teatro. Me acuerdo que durante los primeros 10 compases sentía la responsabilidad de dirigir en uno de los mejores teatros de España. Superé ese peso desde mi experiencia, ganas y seguridad que tiene que tener un músico en esas condiciones. Superados los primeros acordes empecé a tratar a la orquesta con delicadeza y mostrando lo grande y maravilloso que podía ser ese concierto.
"EL CAZADOR FURTIVO" estaba en marcha. Los laúdes comenzaban a cantar, mis gestos invitaban a que ellos tuvieran protagonismo en la interpretación. Poco a poco la labor de los ensayos empezaba a recoger sus frutos. La máquina estaba en marcha, el contrabajo y las guitarras bajas marcando el camino, los laúdes mostrando el carácter y las bandurrias desplegando toda la artillería musical.
Me sentía en la gloria y no hay pensamiento más puro en la mente de un director cuando la música que tiene en su mente fluye entre sus manos como él la imagina. Llegaba el final y estaba completamente inhibido de donde estaba dirigiendo. El mundo se reducía a los metros de ese escenario. Entonces llegaron los acordes que anunciaban el final y pasó algo sorprendente. El público no podía esperar y empezó aplaudir. Este hecho hizo que una bomba de adrenalina recorriera mis venas y las de mis músicos. Sonreímos y realizamos unos de los finales más rápidos y explosivos,con carácter y dentro de la interpretación que se estaba haciendo que fue IMPRESIONANTE.
"La púa de oro" de Fernando acompaña a Paco Abellán |
Cada obra era un mundo. A "IMSOMNIS" le impusimos carácter y violencia a su vez con cierto grado de ternura en la parte central. Luego "BLUE AIR" mostraría la sensualidad de nuestro sonido donde los músicos no necesitaban ser dirigidos sino invitarles a frasear ,a emocionarse y sentir ese continuo sonar de armónicos. Me impresionó el grado de atención del público, pues acababa en un piano que se funde con el silencio y no sonó ni un aliento, dejando que reinara el silencio, hasta que por fin los aplausos inundaron la sala. Fue FANTÁSTICO.
Yo le propondría para dirigir la Sinfónica de Navarra |
Cuando acabó el concierto estaba totalmente cubierto de sudor, alegría, satisfacción, orgulloso de mis músicos, agradecido a la vida por ese momento. Ya quedaba cerrar el acto. Era el momento de "El LAGO". Las bailarinas, que son muy brillantes, tenían problemas con el espacio. Con el telón a punto de abrirse decidí quitar la tarima. Un riesgo, pero que consideré que ellas eran más importantes. Se abrió el telón, sonaron las primeras notas y la salida de las bailarinas las bailarinas fue el momento de ensamblarnos con su baile y con mi dirección. De reojo iba mirando los movimientos de las bailarinas y mis manos se flexibilizaban acompañando a sus giros movimientos y a su vez sus pasos. Iban acordes al sonar de nuestra música. Creo que se produjo una verdadera simbiosis. Eso es muy difícil de conseguir y menos en un solo ensayo. Y lo conseguimos. Fue GENIAL. Por eso el cierre quedó de lujo.
Francisco Abellán (Director Orquesta de Chiva)
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