sábado, 6 de abril de 2013

EN DEFENSA DE LA RONDALLA

Nuestra contestación a la carta de Melchor Lizarraga titulada "Rondalla para la Dolorosa" publicada en Diario de Navarra esta Semana Santa



NUESTRA CONTESTACIÓN A LA CARTA

Rondalla para la Dolorosa, ¿por qué no?

La bandurria, por su alto linaje,  merece un respeto social


Melchor Lizarraga escribía en Semana Santa en la sección Cartas de los lectores de Diario de Navarra: “El traslado de La Dolorosa debe ser silencioso”, “las Rondallas para las fiestas”, “el canto desgarrado de una saeta nada tiene que ver con una rondalla...”
Oscar Wilde decía que “la música es lo más cercano que se halla en las lágrimas y en los recuerdos”  Porque la música se compone de sonidos y silencios. El citado firmante, que no quería polemizar, ha molestado a muchos entusiastas de la bandurria, la reina de la rondalla, ese instrumento ilustre y desconocido del más alto linaje, pues pasa de los cuatro milenios de existencia. La bandurria, como el laúd y la guitarra merece ese respeto social. La bandurria está llena de poesía, de belleza, de expresión, de delicados matices, tiene fuerza y bravura, es un instrumento de concierto de primera magnitud.
¿Por qué no puede acompañar a La Dolorosa con una música de Iñaki Lacunza que nos devuelve a la infancia, la patria de los hombres? Decía Miguel Delibes que “no es el tiempo, es el azar quien nos pone a todos en nuestro sitio”.  Y ha tenido que ser Iñaki Lacunza, el juglar de los años 2000 quien con su Rondalla de la Cofradía San Saturnino nos haga saborear los momentos más entrañables de la vida de Pamplona. Todo comenzó un día precisamente con el Traslado de La Dolorosa que el abajo firmante presenció. Quedé tan impresionado de la actuación del grupo que les invité al Gayarre donde fueron reconocidos. Luego han venido tantas y tantas músicas en tono menor y mayor hasta convertir a Iñaki Lacunza y su Rondalla en la banda sonora de las fiestas más celebradas a lo largo del año en la vieja Iruña., al estilo de Manuel Turrillas en San Fermín. Por algo será.
Porque la música de rondalla en Navarra es la mejor forma de transmitir valores y tradiciones, un medio de comunicación social muy poco valorado.
"Las Rondallas para las fiestas". Cierto. Por eso dentro de cuatro meses el cohete de Tafalla irá dedicado a la Rondalla Tafallesa porque Ramón Esquíroz Armendáriz “Calandria” lo ha querido así. Por eso Iñaki Lacunza va a recibir dentro de dos meses el premio “Memorial Manuel Turrillas” por su labor al frente de la Rondalla de la Cofradía San Saturnino. Por eso hay en Navarra actualmente 36 Rondallas que alegran las mañanas festivas con sus auroras, despiden a sus queridos con jotas en el tanatorio y no faltan en los enlaces matrimoniales religiosos o civiles como una de las señas de identidad de nuestra Comunidad Foral.. Porque la bandurria, el icono de la música de plectro, es un instrumento de concierto de primera magnitud. Un respeto, Sr. Lizarraga.

                                                                                                 
Iñaki Lacunza, el juglar de Pamplona



RÉPLICA DE MANUEL ARELLANO,
de la Cofradía Musical San Saturnino


- Suscribo al 100% lo que dices. Haces una buena defensa de la música, Ángel, incluso para momentos solemnes, religiosos o profanos (amén de los festivos y populares).
Si me permites, sólo un matiz. La Cofradía no es una rondalla, aunque podamos sonar como tal o tengamos pinta de serlo. No nos importaría serlo, pero no lo somos, no somos perfectos. Somos un grupo de música como otro cualquiera que optó por el nombre de Cofradía, porque encaja más con nuestro estilo de entender la música y de funcionar.
¡Bravo, Ángel!

 




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