LA PAREJA DIEGO-AMAYA, ESPECTÁCULO EN EL GAYARRE |
En todo el mundo, «bailar un
tango» es sinónimo de seducción. El tango es un arte complejo construido desde
la danza.
LA PAREJA FORMADA POR DIEGO Y AMAYA GOLPEAN CON SU CUERPO LA MÚSICA QUE LLEVAN DENTRO
EL TANGO, PROHIBIDO POR SER UNA INVITACIÓN A LA LUJURIA
El tango como baile nació en el
arrabal, donde hombres y mujeres bailaban fuertemente y apasionadamente
abrazados. Prohibido por incitación a la lujuria, la gente se vio obligada a
practicarlo en lugares ocultos hasta principios del siglo XX. En las dos primeras décadas del
siglo pasado, el tango triunfó en clubes nocturnos de París, donde apareció,
por primera vez, en 1910, y en otros países latinoamericanos (especialmente
Colombia, México y Centroamérica) y luego en Nueva York, donde lo introdujeron
bailarines de las clases altas que por esnobismo solían frecuentar los sitios
en donde se practicaba en Buenos Aires. El tango comenzó a bailarse entonces en
locales nocturnos de sus ciudades de nacimiento y rápidamente pasó a salones
populares. Hasta mediados del siglo XX, se bailaba indistintamente en cabarés
de lujo y en las llamadas «milongas», pistas habilitadas en clubes barriales y
suburbanos de Buenos Aires, Rosario (Argentina) y Montevideo (Uruguay).
CARLOS GARDEL LE DIO FAMA INTERNACIONAL
CARLOS GARDEL LE DIO FAMA INTERNACIONAL
En Medellín (Colombia) la ciudad en donde murió el máximo representante del género en 1935, Carlos Gardel, el tango se convirtió en eje cultural de algunos suburbios de la ciudad, en especial del barrio Guayaquil, en la comuna Manrique. Los buenos bailarines eran ampliamente conocidos y celebrados en las milongas que frecuentaban y sus nombres solían trascender incluso en otras, más alejadas, y en todo el llamado «ambiente de tango».
La fama internacional de esta danza
y la posibilidad de ser presentada en shows mundiales dieron lugar a que se
desarrollaran coreografías más audaces, con exigencias mayores y figuras
gimnásticas y de la danza clásica que los bailarines de las milongas solían desdeñar.
El tango dejó casi de bailarse a partir de los años sesenta en Buenos Aires.
Pervivieron algunas milongas. Sin embargo, en los años ochenta recibió un nuevo impulso gracias al éxito
del espectáculo Tango argentino de Claudio Segovia y Héctor Orezzoli,
primero en París y luego en Broadway, generando una tangomanía en todo el
globo. Florecieron academias de tango por doquier y gente de todo el mundo
comenzó a peregrinar en busca de lugares para bailarlo, especialmente Buenos
Aires, promovida turísticamente como la Capital del Tango.
Se distingue actualmente entre el
«tango de escenario» y el «tango de salón», o de pista. En Buenos Aires se
realiza anualmente un Torneo Internacional de Tango, que se divide entre esas
dos categorías y al que asisten participantes diversos países y continentes.
EL TANGO, LENGUAJE CORPORAL DE LA PAREJA
EL TANGO, LENGUAJE CORPORAL DE LA PAREJA
El baile tanguero está construido
sobre tres componentes básicos: el abrazo, un estilo lento de caminar y la
improvisación (Borges decía que «el tango es un modo de caminar»).
Pero por sobre todas las cosas el tango debe ser bailado como un lenguaje
corporal a través del cual se transmiten emociones personales a la pareja.
Se dice que el tango se baila
«escuchando el cuerpo del otro». En el tango la pareja debe realizar figuras,
pausas y movimientos improvisados, llamados «cortes, quebradas y firuletes»,
diferentes para cada uno de ellos, sin soltarse. Es el abrazo lo que hace
complicado combinar en una sola coreografía las improvisaciones de ambos.
La escritora argentina Alicia
Dujovne Ortiz la ha descrito así: «Un monstruo de dos cabezas, una bestia de
cuatro patas, lánguida o vivaz, que vive lo que dura una canción y muere
asesinada por el último compás».
DIEGO Y AMAYA, ESCUELA DE BAILE EN PAMPLONA
DIEGO Y AMAYA, ESCUELA DE BAILE EN PAMPLONA
La coreografía, diseñada a partir del abrazo de la pareja, es sumamente sensual y compleja. La complejidad de los pasos no hace a la expresión o a lo que se quiere trasmitir durante el baile. Se trata de expresar un sentimiento pleno de sensualidad y no de sexualidad, donde lo primordial no son sólo los pasos o las figuras que hacen los bailarines con los pies. De nada vale una técnica perfecta, o una sincronización perfecta, cuando la expresión facial de los bailarines no trasmiten sentimientos. Todo en la danza del tango está unido, las miradas, los brazos, las manos, cada movimiento del cuerpo acompañando la cadencia del tango y acompañando lo que ellos están viviendo: un romance de tres minutos, entre dos personas que a lo mejor recién se conocen y que probablemente no tengan una relación amorosa en la vida real.
El tango trasciende y llega al corazón de los que contemplan a los
bailarines, gracias a los sentimientos que ellos ponen en el baile y obviamente
a la calidad de sus coreografías. Cada estrofa musical, cada pasaje, cada tango
tiene distintos momentos, no se puede bailar un tango completo siguiendo un
patrón de conducta idéntico para toda la melodía. Hay cadencias tristes,
alegres, sensuales o eufóricas, finales silenciosos o grandiosos, música
in-crescendo o música in-diminuendo, solo expresa sentimientos y estos son los
que los bailarines transportan a sus pies y a su cuerpo todo.
En el próximo capítulo ofreceremos una semblanza de la pareja Diego/Amaya que enseñan baile en su escuela propia de Pamplona y que, si no surgen otros compromisos importantes, estarán el 9 de junio en el Teatro Gayarre dando una fantástica demostración de su arte y talento bailando el tango al son de las cuerdas de la Rondalla Armonía, reforzada por el virtuoso acordeonista David Iriarte que forma parte del grupo del Vergel.
Nota de la Redacción.-
En el próximo capítulo ofreceremos una semblanza de la pareja Diego/Amaya que enseñan baile en su escuela propia de Pamplona y que, si no surgen otros compromisos importantes, estarán el 9 de junio en el Teatro Gayarre dando una fantástica demostración de su arte y talento bailando el tango al son de las cuerdas de la Rondalla Armonía, reforzada por el virtuoso acordeonista David Iriarte que forma parte del grupo del Vergel.
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