viernes, 20 de enero de 2012

IRUÑERÍAS: PAMPLONA EN LOS AÑOS 60 HASTA NUESTROS DÍAS



"El Guacamayo" en Abejeras marcó época



Ha sido casual. Un encuentro entre dos viejos conocidos después de muchos años en el barrio de San Juan, exactamente en la clínica veterinaria del artajonés Javier Yábar, el mayor amante y mejor cuidador de los animales de compañía que conozco. Había acudido expresamente a visitarle para darle una abrazo de amigo. Salía de la consulta Paco García con su hija Adriana y su chucho de marras.
Ya en la calle hemos recordado sus años de Disjokey en El Guacamayo y me ha ofrecido su Web "Tocataeventos". Nos hemos intercambiado información de las redes sociales que manejamos y aquí está el primer fruto del feliz encuentro. A modo de presentación el propio Paco García nos da su visión de aquellos años, enmarcados en la "década prodigiosa" y posteriores. Pero los últimos están aún en construcción.

AÑORADOS AÑOS 60...






¡Cuánto ha llovido desde entonces! Pamplona era una pequeña localidad, no más de 100.000 habitantes, a la sombra de grandes capitales donde el abanico de posibilidades era inmenso.
Sin embargo, no teníamos nada que envidiar: salas de fiestas, pequeños bares, algún que otro pub…No alcanzábamos la grandiosidad de Liverpool y sus Beatles, ni presumíamos de conciertos llamativos de los Rolling Stones, pero teníamos encanto propio. 
Echando la vista atrás, rebuscando entre mis recuerdos, encontré el punto de partida habitual de los jóvenes pamploneses de aquel tiempo… ¿Quién no recuerda el “tontódromo”? Carlos III para arriba, Monumento a los Caídos y ¡de vuelta para abajo! Era la forma más común de buscar “ligue” para los “guateques” nocturnos

El Club Natación contaba con sala de fiestas propia

Encanto que muchos de vosotros recordaréis, otros menos y la mayoría desconoce, por lo que os invito a acompañarme en este pequeño recorrido por nuestra querida Pamplona de aquellos años. ¡Allá vamos!
 “Guateques”,”Festivales”, aún quedaba lejos la palabra “concierto”; sin embargo la mecánica era la misma. 
Los más recordados eran los de los Cines Aitor. ¡Qué angelicos nosotros! Íbamos a las once de la mañana y nos pasábamos horas bailando al compás de los Shadow , 350w de potencia, sin bar…Todo perfectamente “recto” y controlado hasta que algún gamberro histérico arrancaba el mobiliario de la sala. ¡Cuánta paciencia tenía Carmelo! Más tarde pasaron al Teatro Gayarre: efectos especiales, más decibelios y conjuntos locales. La afluencia en sus comienzos era bastante respetable hasta que llegaron las horas bajas. La juventud demandaba algo mejor, ¡llegaron las salas de fiesta y discoteca
El concepto había cambiado y eran éstas las que nos brindaban su continuidad. Gracias a normativas y leyes menos exigentes empezaron a proliferar las pequeñas discotecas en el casco urbano.

En siguientes capítulos hablaremos en concreto de:

- Salas de Fiestas y Discotecas
- Aquellos y estos Cines
- De las tabernas a nuestros bares
- Curiosidades para recordar
- Con la música a otra parte
- San Fermín, barracas y vendedores
- EVENTOS...


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